El camino hacia un modelo económico innovador, creativo y basado en valores
El 19 de diciembre de 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el año 2021 Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible.
También denominada Economía Naranja, la economía creativa integra, según la UNESCO, aquellas actividades económicas basadas en el conocimiento y la interacción entre la creatividad humana y las ideas, el conocimiento y la tecnología, los valores culturales, el patrimonio artístico y cultural y otras expresiones creativas individuales o colectivas. Es decir, abarca aquellas actividades económicas relacionadas con las ideas y la cultura.
A pesar de ser una iniciativa previa a la pandemia, su importancia ahora se acentúa más, dado que las actividades y servicios creativos se han visto golpeados con fuerza por la crisis sanitaria.
Las ideas como eje central de la economía creativa
El término Economía Creativa fue acuñado por John Howkins en el año 2001 en su obra “La economía creativa: cómo las personas hacen dinero con las ideas”. Según el autor y orador británico, en la economía creativa “las ideas son los principales aportes y los principales resultados”.
De acuerdo con la psicología del color, el naranja inspira la creatividad, el conocimiento y la cultura, por ello el conjunto económico que engloba las actividades culturales recibe también el nombre de economía naranja.
Es decir, la economía creativa está formada por el conjunto de actividades que consisten en la creación, producción y distribución de bienes y servicios culturales y creativos. Por tanto, en este modelo de desarrollo económico el valor se encuentra en la propiedad intelectual.
“La creatividad no es ninguna novedad y lo mismo cabe decir de la economía;
lo que es nuevo es la naturaleza y el alcance de la relación entre una y otra
y de qué forma se combinan para generar una riqueza y un valor extraordinarios.”
Howkins, 2005
Algunas de las actividades que forman la economía creativa o naranja son la industria editorial, las artes visuales y escénicas, la industria cinematográfica, el diseño y la arquitectura, la industria de los juegos y los videojuegos, la publicidad, el software, la televisión, la radio, y la industria de la moda, así como cualquier otro tipo de actividad que genera un bien o un servicio creativo.
Por ello, podemos afirmar que la economía creativa se encuentra íntimamente relacionada con la innovación, el emprendimiento y la divulgación, y por supuesto, con el marketing y la comunicación.
¿En qué consiste el Año Internacional de la Economía Creativa para el Desarrollo Sostenible?
Para empezar, debemos aclarar que el desarrollo sostenible se refiere, según la UNESCO, al “desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. Por tanto, el desarrollo sostenible no se encuentra solamente relacionado con el medioambiente, como suele pensarse, sino que es un sistema que garantiza el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medioambiente y el bienestar social.
Teniendo esto en cuenta, la Resolución 74/198 de la Asamblea General de las Naciones Unidas tiene como objetivos principales, tal como indica Ostelea, apoyar cuestiones como la iniciativa empresarial, la creatividad y la innovación; alentar la formalización y crecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas; estimular la innovación; empoderar al pueblo; promover la inclusión social y reducir la pobreza. Todo ello con el objetivo de incentivar el desarrollo sostenible de nuestra economía.
Concretamente, alienta a los Estados miembros, organizaciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales, los círculos académicos y las personas, a que celebren este año 2021 con la finalidad de:
- Crear conciencia.
- Promover la cooperación.
- Establecimiento de redes.
- Alentar el intercambio de mejores prácticas y experiencias.
- Aumentar la capacidad de los recursos humanos.
- Promover un entorno propicio a todos los niveles.
- Hacer frente a los problemas de la economía creativa.
Para la UNESCO, existe la necesidad de apoyar a los países en desarrollo y a las economías en transición en diversificación de su producción y exportaciones, incluyendo en nuevos ámbitos de crecimiento sostenible e industrias creativas. Para ello, es necesario que los gobiernos emitan políticas estratégicas que nos conduzcan hacia esa dirección.
“La vía para impulsar las economías creativas estará determinada por la capacidad de innovación y creatividad del capital humano y su sociedad, la cual puede ser adquirida y maximizada mediante políticas de educación que promuevan el emprendimiento a través de I+D+i (investigación, desarrollo e innovación).»
Copaja Alegre y Esponda Alva
La economía creativa y la cocreación en tribu
El modelo de desarrollo con la economía creativa como eje consiste en un modelo en el cual la diversidad cultural, la creatividad y la cooperación son los pilares para la transformación social y económica.
En la tribu de Save The Marketing nos hemos sentido muy identificados con esta iniciativa de la ONU, dado que nuestro origen y propósito tiene como base principal la cocreación y colaboración a través de las ideas de las personas que formamos parte de ella.
Además, el modelo económico creativo promueve la participación del consumidor en los procesos de creación, empoderándole, lo cual conlleva que los productos y servicios apuesten por realzar su propuesta de valor y generar empatía con el consumidor.
Y todo ello, creemos que es la base para alcanzar una economía colaborativa, empática e innovadora que abogue por las ideas, los valores y la cultura.